DAMIEN HIRST, NUESTRO PROFETA

@jesuscarasa
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                                    DAMIEN HIRST, NUESTRO PROFETA
Yo, torpe de mi, no puedo presumir de hacer nada con facilidad. Todo lo que hago me cuesta mucho trabajo. En la pintura, también: He pasado dos tercios de mi vida sacando, de mi cabeza, las imágenes que pretendo representar, llevando una linea un milímetro mas acá o mas allá, en cada figura, eligiendo un color, para cada zona, entre los infinitos posibles, que surgen, al amasarlos, en mi paleta, y miles de pinceladas, que son otras tantas decisiones que los pintores vamos tomando, al pintar un cuadro, mas cientos de pasitos adelante y atrás para contemplar el resultado.
Y eso me pasa por estúpido, además de torpe, pues bien claro nos lo ponen los Artistas Contemporáneos. Ellos que tienen, en sus privilegiadas cabezas, tantas y tantas ideas, no pueden perder el tiempo como nosotros, pobres bartolillos y en bien del Arte, buscan a otros, meros artesanos, que las desarrollen, dando pinceladas. 
Leed, amigos colegas, leed, lo que dice Damien Hirst, en unas declaraciones en EL MUNDO: “No importa quien pinte mis cuadros; yo decido si están bien hechos o no”. O estas otras: ”Uno vive en una casa hecha por un arquitecto que no necesariamente ha colocado los ladrillos de las paredes, pero nadie tiene dudas sobre su autoria intelectual. En mis obras no importa quien haga los puntos coloreados: yo soy quien decide si están bien hechos o no”. Claro como el agua. Decidid, también vosotros,  que queréis ser, arquitectos, paletas o…..ladrillos.
El amigo Damien, en un generoso alarde de amor al Arte, pone el secreto de su éxito a nuestro alcance, rutinarios currantes y antiguallas, ahora que “expone en la aristocrática mansión Houghton Hall, 46 nuevas pinturas, de las 270 piezas de la última serie de puntos coloreados no geométricos, a las que ha dado su aprobación”,“que significan un gran avance respecto a otra serie realizada anteriormente y con las que regresa a los lunares de colorines de sus inicios”.
Dice Damien, “mis pinturas de círculos de colores eran demasiado rígidas. Los puntos son demasiado perfectos, son obras hechas por humanos que aparentan estar hechas por máquinas porque la distancia entre los círculos es la misma y los puntos cierran a la perfección..….Quiero hacer un revoltijo con ellas y enredarlas, que se note que están hechas por humanos farragosos que hacen amasijos”. “Ahora que ya soy cincuentón, me identifico mas con el embrollo de redondeles que con la rigidez”. ¡Esto es el genio!. ¡Que gran avance!. Pasar de los “puntos demasiado perfectos” al “embrollo de redondeles” en la misma generación. Y además, amigos, cada punto de cada lienzo es de un color distinto pues tiene dadas ordenes a los cien pintores, como vosotros, que tiene a sueldo, que mojen el pincel, cada vez, en varios colores. ¡La monda!. 
Casposos colegas, lavaos las manos, salid de vuestros astrosos estudios, buscad un bonito despacho y poned a trabajar a cuantos mas operarios que desarrollen vuestras ideas. Así lo hace el clarividente Damien Hirst, al que deberíamos tomar como ejemplo y guía si queremos entrar, de una vez, en el Siglo XXI. Dejaos, ya de Velázquez, Picasso y Kandinsky y seguid a este nuevo profeta. Quizá, así, logreis hacer una fortunilla, aunque no lleguéis a los 325 millones de euros que, a él le calculan. De momento.
Poneos al día. Quizá llevados por vuestra envidia o por las telarañas mentales que, sin duda, nublan vuestro cerebro, después de largos años de alienante trabajo, en vuestros solitarios estudios, os cueste desentrañar la belleza y el mensaje derramado en los grandes lienzos, atiborrados de círculos “de colorines”, que cuelgan en los suntuosos muros, y no logreis captar la trascendente diferencia entre que los círculos estén dispuestos anárquicamente o rígidamente alineados. Es mas, me atrevo a apostar que, quizá llevados por vuestra pereza intelectual, no sabríais distinguir un cuadro de otro después de haber salido del palacio, si hubierais ido a verlos. 
Ya se que no es fácil dar saltos de un siglo a otro; pero, amigos pintores, pobres bartolillos, hagamos un esfuerzo y dediquémonos, como él, a la promoción y al Debe y Haber, que es donde está el futuro. Hasta confiesa que, en su afán de progresar, por poco se pasa de siglo:  “Cuando vi este lugar pensé que estaría bien, que se generaría armonía. Aunque al principio me pareció que las pinturas eran demasiado contemporáneas”. Demasiado contemporáneas. No te digo.  
Jesús Carasa (17-4-18) Pintor y Escritor


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