MR. TRUMP Y EL CAMBIO CLIMATICO


     
@jesuscarasa
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                                              MR. TRUMP Y EL CAMBIO CLIMATICO
Penetro en campo minado.
No puedo aceptar que las reticencias de un país como EE.UU., a llevar a cabo las medidas acordadas para lo que se ha dado en llamar la contención del cambio climático, se carguen, sin ningún matiz ni aclaración, a la cuenta de la torpeza, que en los ambientes progres se pretende, ya, demostrada, del presidente Trump. Se quiere que reconozcamos que esta decisión o es extríctamente personal o avalada por su equipo técnico, que estaría integrado por una pandilla de botarates, sordos y ciegos a la realidad y a los informes técnicos de  otros expertos internacionales de mas fuste.
Yo creo que esta decisión ha de estar avalada por consideraciones, que han de ser muy importantes a la vista de que va contra lo que se admite, ya, como evidencia del advenimiento de importantes cambios climáticos y geopolíticos causados por los gases nocivos que el hombre está echando a la atmósfera.
Una de ellas es, seguramente, la percepción por EE.UU., de que las medidas para evitarlos causarán una gran alteración en el reparto de poder económico entre las naciones que irá en su perjuicio. Y, a estas alturas, ya conocemos la obsesión de Trump por eludir cualquier acuerdo o compromiso de su antecesor Obama que, en su opinión, debilite a su país. (América first).
El movimiento ecológico, tan necesario para cuidar la permanencia del ser humano en nuestro planeta, no tendrá éxito, si no incluye, en sus estudios y decisiones, el deseo de la humanidad entera, la de todos los países, de no renunciar al progreso y al bienestar de todos y cada uno. Si no es así, será un salvese quien pueda.
La invasión de lo progre en esos movimientos ha llegado a establecer como axioma que, lo mismo a nivel local que planetario, la situación en la que estamos es perfecta, por lo que no ha de sufrir alteraciones que serian, siempre, a peor. Se mira con lupa cualquier obra que haga obligatorio intervenir en la naturaleza y se trata de impedirla, y casi siempre se consigue, si altera el ecosistema existente.
Se considera que el equilibrio climático actual de La Tierra es perfecto y se ha de evitar su alteración; pero dista mucho de serlo y quizá, un visitante exterior  considerase a nuestro planeta como bastante inhóspito, con demasiada superficie inhabitable por el calor y la sequía o por el frío y tal vez decidiera, si tuviese poder para ello, provocar un efecto invernadero controlado que hiciera el planeta mas habitable. Así lo harán los colonos que algún día se establezcan en La Luna o Marte alterando su clima insoportable y su ausencia de oxigeno.
La superficie terrosa del planeta es de 149 millones de kms/cuadrados. Aparte  de los inhabitables por desérticos o por temperaturas tórridas, existe, aproximadamente, un tercio (noventa veces la superficie de España), inhabitable por bajas temperaturas y que seria mas amigable después de un cambio climático no demasiado abrupto. No podemos, por tanto, considerar que La Tierra está en un equilibrio ecológico cuya rotura sería, siempre, a peor. Hay que asumir que, con el cambio climático, parte de la Tierra mejorará y otra empeorará.
En una entrevista, se puso a Trump, cuya “finura” en los comentarios nadie es capaz de alabar, ante los radicales cambios que el efecto invernadero iba a provocar en el clima,  y este lanzó el exabrupto de que en el norte de EE.UU. hacia demasiado frío. Una vez mas, escapa de su boca la posible intención oculta de EE.UU., que, en esta ocasión, sería la de aceptar un calentamiento “controlado” que no perjudicara a su economía e hiciera habitable y explotable la gran parte de su territorio que hoy día no lo es. Solamente Alaska mas que triplica la superficie de España. 
Fijaos, que enormes extensiones, La Antartida, Patagonia, Siberia, Países Bálticos, Groenlandia, Alaska, Canada y el norte de EE.UU. estarían en esa situación.
Es consciente, lógicamente, de que otros países saldrían perjudicados. 
Si, ya sé, se juega a un juego arriesgado y peligroso, pero no mas que  el de las eternas pugnas entre países con sus armamentos de destrucción masiva en sus silos. ¡Ay, ser humano!.
Jesús Carasa. Pintor y Escritor



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