PRESENTACION LIBROS (10-9-18)

                      GUIA-RESUMEN PARA LA PRESENTACION DE LIBROS EN EL ATENEO DE SANTANDER (10-9-18)

Creo que el hecho de presentaros dos libros necesita una explicación.

“Cantos rodados”, se compone de frases, aforismos o sentencias que, todo escritor va manejando en la confección de sus libros, que muchos desprecian y que yo guardo como tesoros. Las pulo y redondeo cuanto puedo, tratando de acercarme a  los refranes, esos milagros que, anónimamente se producen, encerrando sabidurías y experiencias milenarias y con música incorporada. Si en este libro hubiera una o dos, equiparables, aunque de lejos, a ellos, me daría por satisfecho. 

Como frases de otros, tengo, ahora dos que me rondan: Una, cuyo autor no recuerdo, “Que no te noten que sangras y ten preparado el plan de fuga” a la que, si le quitamos el tono un poco canalla, nos advierte de que quejarnos no sirve de nada y que lo mejor es estudiar alternativas a nuestra situación. Y otra del gran Lope de Vega, “Tiempos de mucho llanto y poco valor”, que él empleaba para describir su tiempo que debía ser bastante parecido al nuestro.

Y, de mi cosecha, dos me me han servido de guía, “Prefiero tener alas que raíces” y “El descanso es cambiar de actividad”, cuyo significado es muy evidente.

Es mi libro preferido y la labor de varios años.

“Penetro en campo minado”, es uno mas de los que escribo, de vez en cuando, como resultado de solidificar esas ideas volanderas que, a todos, se nos ocurren, constantemente. Al empezar a escribirlas comprobé que, a veces, el resultado final de mi reflexión era contrario a la idea que yo tenia al principio. Lo cual era un acicate mas para seguir escribiendo

Este pecado, de escribir, como el de pintar, en el que, también caigo, es exhibicionista, por lo que he publicado, en los diarios, muchos de los artículos o pequeños ensayos que aparecen en mis libros. En este, también. 

El título de “Penetro en campo minado”, hace referencia al riesgo de ser lapidado al entrar en ciertos territorios, sobre todo de lo “politicamentecorrecto”, con muchos vigilantes para lanzar guijarros, esperemos que ideológicos, a todo el que pretende pensar con su propio cerebro, sin seguir el pensamiento único con el que pretenden pastorearnos.

Y en él, os hablo, una vez mas de mi herética interpretación del Quijote, libro, poco leído que, bajo su primera capa de parodia de los libros de caballería, pretende presentarnos las características de los dos prototipos de españoles que mas han influido en la historia de España y su reacción, tan distinta, ante los mismos hechos y realidades: El uno, Don Quijote, anacrónico, soñador, sin sentido de la economía y  de la realidad, entrometido, hiperactivo en el error y eterno en el mando que cree suyo por ley natural, pase lo que pase.

El otro, Sancho, prudente, realista, leal, que respeta la jerarquía a pesar de los desastres y que cuida de las alforjas. La reveladora aventura de “La Insula”, nos muestra a Sancho que resuelve su temporal gobierno con total acierto y deja admirados a los que pretendían embromarle.

Amigos, así ha sido la historia de España, muchos desastres en manos de Quijotes y algún gran acierto en manos de los Sanchos.

Y espero que no penseis que estoy en plena senilidad si os hablo de mi intuición de que, quizá, la figura de D. Quijote esté inspirada en el mismísimo Carlos V, quijote donde los haya. El quemó vidas y dineros y nos metió, para siempre, en la ratonera europea, poniendo a España de espaldas a América que es donde estaba y sigue estando su destino.

Os hablo de la vocación, esa fuerza arrolladora, tan parecida a la abducción de los alienigenas, que señala a impensables personajes y les hace protagonistas de acciones, hallazgos y vidas, a veces, inverosímiles.

En la parte del libro que dedico al Arte os hablo de Kandinsky, uno de ellos, que abandonó una vida ya encauzada, estuvo presente en los acontecimientos mas importantes del siglo XX, que ya es estar, y tuvo tiempo de regalarnos una obra interesantísima y de abrirnos las puertas de la abstracción.

Vuelvo a Suiza, mi nación modelo, que, sin recursos naturales y con una orografía enloquecida, es una de las mas ricas del mundo y nos ha dado ejemplo, durante siglos, de paz, neutralidad, democracia y convivencia (con cuatro lenguas oficiales). Quizá es el ejemplo, inconfesado, en el que se mira Europa para su construcción. Así sea.

En Suiza encontramos el ejemplo de que es el talento la verdadera riqueza inagotable de las naciones, que soluciona todos los problemas y derriba todos los obstáculos.

Sin embargo en España, en la que tenemos admitido, que la envidia es nuestra enfermedad nacional, odiamos el talento, no lo favorecemos, ni lo respetamos. Creemos que solo sirve para el enriquecimiento personal, ya económico ya intelectual, sin querer admitir que, lo tenga quien lo tenga, es un bien común que produce beneficios a todos. Un buen científico, profesional, artista, deportista…… 

El nacionalismo, separatismo, que arrastramos, históricamente, sin encontrarle solución, seguramente porque en los momentos de formación de nuestra nación nos quedamos a mitad de camino entre la federación y el centralismo. Entre el concepto de nación de los Austrias, formada por aglomeración de reinos o naciones (La corona de los veinticuatro reinos) y el de los Borbones, de nación formada por la fusión de otras. 

El pacto de La Transición trató de dar solución definitiva a ese eterno problema. Para ello, se diseñó el absurdo modelo territorial en el que vivimos, a la medida de los nacionalistas. Se les ofrendó, cosa que nunca se dijo, ni se dice, el desguace de Castilla, la fuerza centrípeta y aglomeradora de España, dando autonomía a todos los que la pidieron y a algunos que ni siquiera la pidieron, quitándole su enorme superficie, la salida al mar, la fuerza económica de Madrid y hasta la cuna del castellano (La Rioja), en la que me consta que nadie pidió nunca la autonomía. Se les permitió compararse y exhibir hechos diferenciales, no con Castilla, sino con el tropel de autonomías consecuencia del desguace.

Se les concedió todo lo que pidieron…..a cambio de su lealtad al nuevo Estado. Lealtad, que, como hemos comprobado, nunca tuvieron intención de prestar y que, tarde o temprano, han quebrantado, unos asesinando y otros  llegando a declarar su propia República. 

¿Como se soluciona este problema?. Dándolo por solucionado y defendiendo, con la ley, el acuerdo alcanzado en La Transición. Si se les hace concesiones, La Transición no habrá servido para nada. 

La evolución histórica, el acortamiento de las distancias y los nuevos medios de comunicación plantean, ya, la interrelación entre todas las naciones. Es la Globalización, un reto que no se debe, ni se puede, eludir.

La facilidad de los contactos nos plantea la posibilidad de competencia de todos contra todos, pero, también, de colaboración con vistas a solucionar problemas a los que las naciones, por separado, no pueden hacer frente. Esta necesidad de coordinación hará, cada día mas inevitable, la formación de organismos supranacionales de coordinación. Es por lo que los localismos, separatismos y movimientos disgregadores, van a contracorriente de la historia y están condenados a desaparecer.

No puedo precisar desde cuando y por que razones nuestra sociedad está enferma de derrotismo. Una gran parte de ella, tiene asumida, en lo histórico, la Leyenda Negra que nuestros enemigos emplearon como arma de guerra, y consideran la época moderna como un periodo lleno de errores y gobernado por personas incompetentes y corruptas.

Pero yo veo:

  Que la historia de España, juzgada con los parámetros de cada época, es una de las mas brillantes del mundo.

Que, en lo económico, llevamos a un país, que no posee recursos naturales, desde la miseria mas absoluta de la que salió de nuestra Guerra Civil, hasta ser, por un momento, la octava potencia mundial y, todavía, una de las de cabeza.

Que hemos sabido salir, también, pacíficamente, de una dictadura y construir una democracia perfectamente homologable en Europa.

Ese derrotismo está totalmente infundado.

  Se acusa a los partidos socialistas de que no tienen programa y es verdad, no lo tienen porque ya lo han cumplido y todo es ya una gran socialdemocracia.

Una de las cosas que, a lo largo de mi vida, he visto cambiar, mas drásticamente, es la forma en que los individuos encaran sus problemas y dificultades. Desde la actitud de afrontarlas individualmente o con el apoyo mas cercano de familia y amigos, a la de reclamar, como un derecho, la solución, por parte de los gobiernos, de todos nuestros problemas. Gobiernos a los que se exige que sean los que taponen todas las grietas por donde se pueda escapar nuestra felicidad.

Y se reclaman, ya, derechos, de la cuna a la sepultura, no solo democráticos, que esos siempre pueden estar a nuestro alcance sino, también, los que tienen respaldo económico sin reparar que esos están al albur de nuestros aciertos en la creación de riqueza.

                                                             ARTE 

Como siempre, escribo algunos capítulos sobre Arte.

Insisto, una vez mas, en la, cada vez, mas penosa situación de los que se dedican a actividades intelectuales, escritores, pintores, etc…a los que se considera, ya, pagados, por el privilegio de tener talento y que, en un ambiente descaradamente mercantilista y político-cultural, son utilizados por unos y por otros como “un trámite engorroso” para su beneficio y lucimiento.

He recordado, aquí, mis tres encuentros con El Guernica, desde el primero, en los años sesenta, cuando yo empezaba a pintar y a mirar, el segundo, cuando llegó a El Casón del Buen Retiro y el tercero en el Reina Sofia en 2013, ya con muchos años de pintor y muchos museos y exposiciones a mis espaldas.

Respeto mucho a Picasso, aunque no sea uno de mis favoritos, pero ese cuadro, hecho para emocionar, no lo logra conmigo. 

Picasso lo pintó apresuradamente para que sirviera de reclamo y cartel para  El Pabellón Español de la Exposición Internacional de Paris de 1937. Yo creo que ni él mismo sospechó la notoriedad que llegaría a alcanzar y dejó que lo zarandearan en múltiples traslados hasta que aupado a la fama, empezó, quizá, a valorarlo y lo recluyó en El MOMA. 

Se ha convertido en el cuadro mas famoso de la historia de la pintura, pues los movimientos reivindicativos de La Izquierda lo han utilizado como un símbolo. Es imposible, ahora, discriminar que parte de esa fama se debe a su calidad artística y a su carga política.

Hay, también, una reflexión sobre el maltrato que, quizá, por motivos políticos se da a Calatrava, el mejor arquitecto español, después de Gaudí, al que, por cierto, se estuvo a punto de enterrar en la fosa común. Se le achacan sobrecostes, incumplimientos de plazos y desperfectos en la construcción, problemas que surgen en todas estas obras maestras y no siempre achacables al arquitecto.

Hasta se le niega el pan y la sal en Valencia, su tierra, a la que ha situado, urbanisticamente, en el siglo XXI con su envidiable rosario de obras maestras que sirven, además, de fermento para su desarrollo económico.

  He jugueteado con la consideración de esos artistas que desarrollan su actividad principal en países distintos a los de nacimiento y la tendencia de las naciones a apropiarse de ellos por los dos motivos.

Nosotros tenemos varios casos importantes, desde Ribera que, aunque desarrolló toda su actividad en Italia, puede considerarse y el lo hacia, con gran orgullo, como un pintor español, por el dramatismo de su pintura. Il Spañoleto, se le llamaba.

Tenemos al elegante Juan Gris, totalmente absorbido por la cultura francesa y que debe considerarse como un pintor francés, al igual que Picasso que se resistía a serlo consciente de que por ello perdía esa hondura y dramatismo que tiene la pintura española.

Y el caso mas claro de todos, El Greco. Abandonó Venecia la ciudad palafítica del boato y el vicio y vino a Toledo, ciudad tallada en una roca y poblada de hombres de negro, austeros y de obsesiva religiosidad. Se integró aquí, totálmente y, quizá, influido por escritores místicos contemporáneos, quiso pintar, no solo la tierra, sino el cielo, convirtiendose en el mas español de todos los pintores y, quizá, en el mas grande.