ALGO SE MUEVE EN CANTABRIA (BIS)

                              

Veo, últimamente, alguna pre-ocupación (sic) por Cantabria como problema. Hasta leo que Vidal de la Peña, Presidente de los empresarios, está dispuesto a encargar, a un equipo de técnicos, un estudio, un plan, para la resurección económica de nuestra comunidad. Y vemos a los políticos quejarse porque les ha tomado la delantera en una carrera en la que nunca participaron.

Yo, mitad riojano, mitad cántabro, con incrustaciones vascas y madrileñas, llevado por mi cariño a esta tierra, que elegí para vivir, salgo, una vez mas, a bailar, al son de esta música que me incita mas que la de Paquito el chocolatero. Y no me importa repetirme si es para ayudar.

Cantabria nace como comunidad en la nueva organización territorial de España, promovida, en la operación política llamada Transición, para intentar aplacar a los desleales secesionistas vascos y catalanes a los que se les ofrendó, sin que haya servido para nada, el taimado desguace de Castilla, aglutinadora de España, a la que se hizo retales, confeccionando, con ellos, autonomías artificiales concedidas a todo el que las pidió y a algunos que, ni siquiera las pidieron. Y, ahora, oímos la cínica reivindicación de singularidades y privilegios, no sobre la destrozada Castilla, sino sobre sus pedazos.

La trocearon, alevosamente, quitándole su histórica y apabullante superficie, la salida al mar, el poder económico de Madrid y hasta la cuna de su idioma universal (Toma hecho diferencial), La Rioja, en la que me consta que nadie pidió la autonomía.

Desde entonces, Cantabria tiene una responsabilidad, una AUTONOMIA, en la gestión de sus propios problemas, que no acaba de entender y sigue mirando a Madrid a la espera de la llegada de directrices, soluciones y….dineros.

Hay, en el mundo occidental, un dolor y un debate permanente, debido a las profundas desigualdades que existen en el mundo, que hace que muchos seres humanos se debatan en una pobreza lamentable.  Y una mala conciencia que incita a  los ciudadanos a presionar a sus gobiernos y organizaciones supranacionales a prestarles ayuda. Pero, tristemente, se comprueba, una y otra vez, que las ayudas directas sirven para poco, dada  la inoperancia, pasividad y corrupción de muchos  de sus gobiernos.

Algunas veces, hay países que toman conciencia de su postración y encuentran, dentro de si, el impulso necesario para dar saltos históricos en su cultura y su economía, mientras otros con las mismas posibilidades o mayores siguen parados o errantes. Lo hemos visto en el transcurso de nuestras vidas.

Y esos avances no se producen tanto por la explotación de recursos naturales  que, de pronto, empiecen a explotar, como por el abandono de ideologías castrantes, la marginación de peleas políticas, la elección acertada de líderes y el posicionamiento de la fe y el respeto en la riqueza que todos los países tienen en abundancia, el talento. Como he dicho mil veces, este es un recurso inagotable, al que la sociedad no sabe impulsar, respetar, asimilar y sacarle partido.

Este es el secreto, arrinconar la rutina, abandonar la idea de que el talento solo sirve para el enriquecimiento personal y aceptar, de una vez, que, por el contrario, es un bien común. Es la masa madre de nuestro pan diario. Si somos capaces de crear buenos profesionales, cirujanos, pintores, empresarios, etc… su actuación beneficia a todos. Y los gobiernos han de promoverlo, estimularlo, respetarlo y no tratar de apacentarlo. 

Por aquí debemos empezar también en Cantabria.Y ya puestos al tajo, creo que es imperativo encargar, a un equipo de expertos, no políticos, que, con el asentimiento de todos, analice la situación actual de Cantabria y sus posibilidades y  confeccione un plan de actuación a corto, medio y largo plazo que los partidos políticos habrían de comprometerse a cumplir sean cuales sean los gobiernos venideros. A cumplir con tenacidad y a  aguantar marea, pues mucho me temo que la oposición seria abundante.

Amigos cántabros, por favor, pegad el oído al terruño y decidme si oís, como yo, que algo se mueve, por fin, en Cantabria.

Jesús Carasa (4-2-18) Pintor y Escritor.