LA ESPAÑA ACOMPLEJADA

La España acomplejada

Sábado 07 de marzo de 202019:32h
ic_facebookic_twitter
No me tengo por gran patriota, mucho menos patriotero. Trato de cumplir mis obligaciones de ciudadano para la buen marcha de esta inmensa comunidad de vecinos que es una nación, pero soy consciente de que es el azar el que me ha hecho nacer aquí y aunque deseo todo el bien para mi país, trato de analizarlo, objetivamente, en todas sus dimensiones.
Ultimamente, como aportación minúscula a esa mi comunidad, trato de compensar ese estúpido derrotismo que se empeñan en inocular, a esta sociedad, precísamente, los que son mas remisos a pagar las cuotas de vecinos que les corresponden.
Y es tal la laboriosidad con que se dedican a ello, los que son tan cicateros en aportarlas, que han creado, ya, entre nosotros, un malsano ambiente de inferioridad acomplejada. Estoy harto de ese injusto menosprecio, de los profesionales que lo siembran y de la afición y regocijo con que lo hacen.
No dejan títere con cabeza empezando por nuestra historia, a la que denigran. Y lo hacen con mas saña con la parte mas relevante, en comparación con la de otros países. Pasan, con alborozo, el rasero de lo politicamentecorrecto para tratar de convertir, lo que en su tiempo fueron grandes hazañas, envidiadas por todos, en canalladas actuales. Y de lo mas reciente, del último siglo y pico (120 años), esos abejorros de la nostalgia, verdaderas estatuas de sal, solo salvan, como edificantes, según ellos, los años de la Segunda República.
Siglo y pico, tres periodos de, aproximadamente cuarenta años, del que tenemos un balance verdaderamente envidiable que podemos poner, sin desdoro, frente a cualquier otra nación de nuestro mundo: Los primeros cuarenta, prolongación anodina del siglo XIX, los cuarenta segundos, de ensimismamiento total en el esfuerzo de abandonar la pobreza y el analfabetismo, en los que el pueblo dejó a un lado toda distracción política. Un empeño tan tenaz que nos hizo pasar del cero absoluto de la posguerra civil a estar, cómodamente, entre las diez potencias económicas mas importantes del mundo, sin gozar, como los demás, del riego de dólares del Plan Marshall. Y los cuarenta terceros empeñados en un planteamiento político, planeado por personajes adversarios, recientes enemigos mortales, de forma tan inteligente y generosa, que nos ha puesto, sin ninguna reserva, en lugar comparable a cualquier país de nuestro mundo occidental. ¿Que tenemos que envidiar entonces? ¿De donde sale ese estúpido complejo de inferioridad?
¿Acaso tenemos que envidiar el desarrollo histórico y político de EE.UU.? Una nación formada con el robo de territorios a otros, entre ellos a nosotros y ocupados a base del exterminio planificado de sus ancestrales ocupantes, eludiendo el menor atisbo de mestizaje. Un país que ha sido capaz de encender una guerra civil porque una parte de él tenía montada su economía en la esclavitud, al mismo tiempo que, con sin igual descaro, nos apabullaban con su Constitución basada, que sarcasmo, en la igualdad de los ciudadanos. Una sociedad racista que no ha conseguido, todavía, integrar a los descendientes de los cientos de miles de esclavos negros, que importaron.
Que ha intervenido en las dos guerras mundiales. Que ha emponzoñado nuestro planeta con cientos de ensayos nucleares y mantiene, constantemente, el dedo sobre 
el botón nuclear que ya apretó dos veces causando cientos de miles de víctimas. Y que mantiene en su orden jurídico la pena de muerte.
Acaso tenemos que envidiar a Alemania, nación creada anteayer y que ya tiene en su haber, durante este siglo y pico, la premeditación y comienzo de las dos guerras mundiales mas atroces y sangrientas de la historia y la locura racista que les llevó al genocidio de millones de seres humanos? ¿Es esta historia la que podemos envidiar y servirnos de modelo de convivencia democrática?
¿O será Rusia, participante, también, en las dos guerras y que, con su “humanitaria” revolución comunista, condenó, a toda su población, a estar prisionera en su propio país, encerrada, durante casi un siglo, en un “telón de acero” y estabuló, en corrales, a los disidentes o tibios, condenándoles a trabajos forzados cuyo destino, final, era la muerte?
¿O nos servirán de ejemplo sus siglos anteriores, durante los que una aristocracia rapaz y mandarinesca, vivía sentada encima de los estómagos vacíos de sus ciudadanos reducidos a la semiesclavitud? ¿O su insistente apretón del botón nuclear con el que se sumó al envenenamiento de nuestra atmósfera, con cientos de pruebas nucleares coronadas por la chapuza de Chernobyl que, por rivalizar, tramposamente, con Occidente, nos regaló veneno en cantidad similar al de la explosión de doscientas cincuenta bombas nucleares? ¿O quizá sus torpes o tramposos intentos de acceder a una democracia, medio homologable, que desembocan en su acostumbrada tiranía?
Quizá sea Inglaterra la nación a la que nuestros “progres” nos animan a imitar. La potencia históricamente mas cruel de nuestro mundo occidental, que ha llevado su agresión y rapacidad hasta el último confín de la tierra, expoliando y colonizando pueblos sin permitir que ni una sola gota de sangre de su arrogante racismo se mezcle con la de otros. Ni ayer, ni hoy.
Participe, como no, de las dos guerras y poseedora de botón nuclear.
La vemos, ahora, vacilando entre avanzar o retroceder, tratando, ridículamente, de reivindicar sus arrogantes harapos que le impiden, todavía, codear su soberbia, de tu a tu, con el resto de europeos, al mismo tiempo que arrastran su alcohólica chabacanería por donde pasan y nos muestran la decadencia, rayana en la comicidad, de su clase política y de su adorada Monarquía.
O tal vez nuestros vecinos franceses, que van ya por su quinta república, que han arramplado, hasta anteayer, como sus colegas británicos, con las riquezas que creaban los pobres nativos de las colonias que avasallaban y explotaban cruelmente, sin permitir que aquellos pobres nativos rozaran ni el borde de su impoluta clámide de blancos blanquísimos.
Poseedores, también, de botón nuclear y participantes de las dos guerras mundiales. En la segunda, solo a título honorífico, pues fueron corridos, al galope, por los alemanes, que ocuparon Francia y con los que colaboraron, vergonzosamente, participando, con ellos, en la caza del judío.
¿O será a Italia a la que debemos imitar?. Otra nación forjada anteayer, que participó y de forma ridícula, en las dos guerras mundiales, que creó el Fascismo, un Nacismo de barrio con un caudillo de opereta. Gobernada, en el siglo veinte y pico, por políticos que hasta a nosotros nos hacen sonreír y que, a veces, es necesario sustituir por técnicos independientes por su manifiesta incapacidad.
¿Son esos países, que llamamos de nuestro entorno, los que nos deben admirar y ser motivo de nuestra envidia y de nuestro complejo de inferioridad? ¡Venga ya!
Solo algunos países nórdicos y sobre todo Suiza, pueden hacernos sentir, con razón, el tirón de la envidia; pero si su funcionamiento es emulable, lo es, precisamente, porque tratan de apartarse, antes y ahora, del ejemplo de los citados.
¿Cuando vamos a chotearnos de esos abejorros aguafiestas que solo nos adjudican el mérito del sol y playa, cuando estamos plantados en este mundo, tan competitivo, logrando objetivos increíbles, de los que podemos sentirnos orgullosos, en actividades insospechadas?
¿Cuando vamos a mandar callar a tantos que, encima de ser un peso muerto, solo se dedican a poner palos en las ruedas?
Digámosles, de una vez que, a pesar de las infinitas imperfecciones de las que, como pobres seres humanos, estamos hechos, también nosotros, no lo vamos haciendo tan mal, en comparación con esos que consideran modelos a imitar. Y que, de una vez, se pongan el mono y vengan al tajo en vez de decirnos, a los que estamos en él, lo que tenemos que hacer.
¡Cómo sería este país si los que emplean sus energías en denigrar, ocultar y entorpecer nuestro abundante talento, se ocupasen en apoyarlo y ponerlo en valor, como hacen otros, con mucho menos!
Para denunciar errores no hace falta ser muy listo pues, el pobre ser humano da ocasión abundante. No hace otra cosa que cometerlos y enmendarlos.

Comentarios

Entradas populares de este blog

MOTIVOS PARA EL OPTIMISMO

DESAFORISMOS (25-10-19)

DESAFORISMOS (13-9-19)